Tener amigos en el trabajo no solamente es importante para cuando necesitás apoyo para un proyecto, ni cuando querés celebrar algún logro, ni cuando querés quejarte de tu jefe o de otro compañero, o para cuando deciden marcharse de after work. Un estudio realizado por Gallup ha determinado que las personas que tienen amigos en la oficina se sienten más comprometidas, sus organizaciones son más rentables y tienen clientes más leales.

Sin embargo, si recientemente has sido ascendido a tu primer cargo gerencial, comprenderás que puede ser una situación complicada con tus amigos de la oficina. Es posible que algunos esperen trato preferencial, y otros empleados se preocupen por la posibilidad de favoritismo. Además, también surgirá el miedo de sentirte rechazado por tus compañeros y la posibilidad de que hablen de vos a tus espaldas.

Uno de los principales problemas de adaptación de pasar de compañero a jefe puede darse cuando los empleados no se toman las tareas y proyectos tan en serio como deberían porque piensan que pueden sacar ventaja  por su amistad con el jefe. Esto puede hacer difícil establecer límites, precisamente porque antes se trabajaba al mismo nivel.

¿Qué hacer para afrontar este reto?

No hay nada que impida que sigas siendo amigo de tus subordinados, pero ambas partes deben darse cuenta de que la relación laboral ha cambiado. Habla con ellos sobre las nuevas responsabilidades que tenés.

También es importante ser honesto cuando se trata de aumentos, recursos, bonos, etc. No permitas que tu relación de amistad afecte tu decisión en cuanto a estos aspectos. Si tus amigos merecen esos incentivos debido a su trabajo, no dudes en dárselos. De lo contrario, favorecerlos por su relación con vos podría afectar el ambiente laboral y el desempeño general del resto del equipo. Además, pueden surgir rumores que podrían afectar tu reputación y tu carrera.

Por supuesto, es clave que solicites y permitas el feedback de cada persona de tu equipo, que estés al día en cuanto a sus necesidades para realizar mejor su trabajo y que los motives para alcanzar los objetivos como equipo. Reunite con cada uno de ellos para que te den información detallada de sus tareas y así puedas evaluar si las funciones y carga de trabajo están distribuidas de la mejor manera.

Por último, no olvides que antes de haber sido el jefe eras un compañero más, por lo que sabes cuáles son los problemas, dudas, conflictos, fortalezas y debilidades de tu equipo.  Aprovecha esto como una ventaja para lograr que el trabajo de tu departamento sea exitoso.